lunes, 18 de mayo de 2015

¡DÍMELO HILANDO!

“Cuando llegue la inspiración,  que me pille trabajando” Pablo Picasso.


Juan José Hidalgo, creador y ex director de Globalia, es un hombre fantástico que con sólo dos años de escuela y estando de emigrante en Suiza, aprendió enseguida el valor de la seriedad y la puntualidad.

Desde pequeño soñaba con su propia empresa y no paraba de imaginar posibles negocios. Cuando compartía estas ideas con su madre -que le escuchaba pacientemente-, ésta siempre le respondía: “perfecto, pero dímelo hilando”.
Era la sabia invitación de una madre al esfuerzo y al trabajo. Y es que sabemos que los sueños sin esfuerzo, son sólo sueños.

Tendemos a pensar que la gente nace, o bien con unos talentos innatos milagrosos, o bien con una suerte desmesurada. Pero cuando uno coge la lupa y se pone a observar qué ha sucedido con esas personas, descubrimos sin ninguna duda, miles de horas de esfuerzo. Los investigadores han fijado la cifra en 10.000 horas de práctica.

No podemos negar los talentos innatos, pero una tierra fértil sin labrar, no dará nunca frutos. Ya lo dice el refrán: “La práctica hace al maestro”. 

sábado, 2 de mayo de 2015

LA NARRACIÓN DE TU PROPIA HISTORIA.

“Tu vida es tu historia. Tu historia es tu vida”. Jim Loehr


Aristóteles definió al ser humano como “animal racional”, con lo de animal ya nos situaba en el plano de la biología a la que pertenecemos y con lo de racional, vino a decir que, efectivamente, somos un producto de la razón. Quizás esto te parezca muy metafísico, pero llegar a comprenderlo, es tremendamente ilustrador.

El caso es que como todo lo racional, el material de construcción empleado para edificar al hombre son y siguen siendo las palabras.  Cualquier edificio lógico está hecho de palabras y  por lo tanto, de razones. Las palabras son, al fin y al cabo, la puerta de acceso a la realidad.

En realidad, Aristóteles dijo que el hombre era un "animal hablador"; pero los traductores le “traicionaron” y dieron únicamente la versión de “racional”. Es que la Palabra y la Razón tienen en griego el mismo nombre: Logos. Y su adjetivo significa igualmente “hablador” que “razonador”. Con la particularidad de que para un griego es evidentísimo que la razón viene de la palabra: no a la inversa.