martes, 30 de agosto de 2016

LA MAGIA DEL ORDEN

"Tener una biblioteca desordenada es como no tenerla"

Me regalaron este libro -de la japonesa Marie Kondo- la pasada Navidad y no le presté demasiada atención. He de reconocer que el orden jamás ha estado entre mis obsesiones.  Me muevo bien en un cierto caos aunque cuando estoy en sitios ordenados siento mucha paz, belleza, luz. 

Desde que vivo en Bélgica (y a falta de sol) tengo una casa grande, pero siempre tenía mi ordenador (¡¡objeto que nos ordena…!! ¡jaja!) allí donde estuvieran mis hijos: en su sala de juegos, en el salón, en cualquier habitación…, pero hace un par de años decidí recalificar una habitación como “cuarto propio” -que diría Virginia Wolf-, y me tomé en serio la idea de decorar, colocar y ordenar todos mis libros, cuadros, fotografías. El resultado fue espectacular: tener un espacio físico me ayudó muchísimo a tener un espacio mental. Los cuadros y las fotografías, cada objeto de mi despacho me transmitían belleza y me animaban a ella.  Al final, es cierto que cada objeto tiene su historia, su energía y su vida.  Como también acaba siendo cierto que la forma influye en el contenido.

Me muevo habitualmente entre libros, y me gusta volver a ellos para releer un capítulo, una frase o una idea.  Pero a menudo tenía que renunciar a ello porque no podía localizar ese libro. Y es que al final “Tener una biblioteca desordenada es como no tenerla”.

Hoy te invito al orden, justo antes de empezar el curso escolar, incluso antes de proponerte los objetivos formativos, sean académicos o personales.  Coloca bien tu habitación, tu casa, tus libros, tu ropa… El orden hace la vida más fácil, más productiva, en cierta manera más simple. Tener las cosas ordenadas nos ahorra tiempo, nos hace ver las cosas más claras y más rápidamente.

Los griegos llamaron al mundo cosmos que, etimológicamente hace alusión al orden y a la belleza. Y es que todo lo que existe tiene un orden: hay orden en la música, en las matemáticas, en la arquitectura… Hay orden en cualquier disciplina.

El libro de esta japonesa, obsesionada desde bien pequeña por ordenar, da unos cuantos consejos prácticos -que aunque parecen sencillos- cuesta llevarlos a la práctica. La primera idea básica es que te tomes muy en serio la organización de tus cosas y lo vivas como un suceso especial. Siente que estás haciendo algo muy importante.

Sé consciente de que te va a llevar tiempo y que tendrás que tomar decisiones difíciles. Nos cuesta mucho deshacernos de nuestras pertenencias, pero al final, tendremos que desechar.

Respecto a la ropa: la recomendación es tirar todo aquello que no te sirva, que no lo hayas usado en un año o que cuando lo tengas en tus manos no sientas que lo adoras.
Los libros, postales, cartas…una vez leídos, fuera. A no ser que realmente sean tu objeto de culto o trabajo.
Ten un sitio para cada cosa: papeles del banco, material de estudio, garantías, monedas…
No preguntes a nadie sobre qué cosas conservar o no.
Busca la sencillez en el almacenamiento y no apiles los objetos.
Quédate sólo con lo realmente necesario o con aquello que te haga muy feliz.

El libro está lleno de consejos prácticos y -aunque no los comparto todos- es un buen acicate para motivarte.

A mí me ha servido para poner en valor el orden. Me he dado cuenta de que al ordenar se transforma mi vida, me ayuda a ganar confianza y me hace sentir mejor. ¿Por qué?, y quizás aquí esté la clave. Pues porque al tener que ordenar físicamente mis espacios: despacho, papeles, armarios, recuerdos… me estoy obligando a poner orden en mi vida y a distinguir lo que es importante de lo que no lo es. Ordenar me obliga a reflexionar y a priorizar qué cosas tienen valor para mí.

Estoy convencida de que con nuestros objetos personales ordenados, resulta mucho más fácil saber qué nos gusta, qué nos interesa, a qué damos valor y, por lo tanto, hacia dónde nos apetece ir. Más aún, nos obliga a definirnos sobre cantidad de cosas que tenemos sencillamente aparcadas; con lo que en realidad nuestra vida se ha convertido en un gran parking de vehículos la mayoría de los cuales ya no funcionan por falta de movimiento.

Ordenar tu casa puede ser un primer paso para poner orden en tu vida. ¡Suerte!

IDEAS PARA LLEVAR:
Tener un espacio físico ayuda a tener un espacio mental.
Cada objeto transmite una energía diferente para ti: las cosas bellas invitan a la belleza.
Tener una biblioteca desordenada es como no tenerla.
El orden hace la vida más fácil, más productiva, en cierta manera más simple.
Ordenar nos obliga a reflexionar y a priorizar qué cosas tienen valor para nosotros.
Deshacernos de lo que no nos sirve (el primer servicio es no estorbar), nos facilita mucho la vida.


Foto: MarCruzCoach Ischia (Italia)