viernes, 17 de febrero de 2017

LUCHA Y VENCE A TU SABOTEADOR

“Ser realista es el camino más seguro para ser mediocre”.  J. Cameron                                                                                                             

Nosotros somos nuestro peor enemigo: concretamente una voz que tenemos interiorizada y que probablemente reside en el hemisferio izquierdo de nuestro cerebro y a la que podemos llamar Crítico Interior, Censor, Saboteador…

De todas las voces y almas que residen dentro de nosotros, ésta es la más hábil, la más astuta, la más invalidante. Tiene el arte de hacerte creer que sus opiniones obsesivas, perfeccionistas y pesimistas son verdades universales. Se presenta como la voz realista, la del sentido común, la que te hace poner los pies en el suelo. Pero es una auténtica canalla, simplemente es una mentirosa asustada.

Me gusta lo que dice de ella Julia Cameron: “cuanto más espabiles tú, más lo hará ella”. Sí, tenemos que estar muy atentos porque es especialista en aparecer cuando tú más ilusionado estés con un proyecto. Además de todo, tiene el don del oportunismo.

Su lenguaje parece muy razonable porque te dice cosas que hasta podrían parecer sensatas tipo: “Ya es demasiado tarde para empezar a ser bueno en X”, “no hagas eso, harás el ridículo”,  “no vale la pena que te esfuerces”, “cómo se te ocurre soñar con esa posibilidad, tú no tienes talento”, “no eres tan  bueno como piensas”,“ tus ideas no son lo bastante buenas”, “no tienes coraje”, “ese sueño sólo lo consiguen unos pocos”,“ tú no te mereces eso”, “pierdes tu tiempo con tus utopías”…  y una larga lista de ideas fabricadas a tu medida para que no sueñes, no avances, no disfrutes en la creación de una vida interesante. Pero insisto: es una loca perfeccionista y aguafiestas especializada en atacar nuestra autoestima, nuestra motivación y nuestros sueños.

sábado, 11 de febrero de 2017

SÉ BUENO: ¡QUÉ GRAN ESTRIBILLO!

“Mas sea verdad o sueño,
obrar bien es lo que importa:
si fuera verdad, por serlo;
si no, por ganar amigos
para cuando despertemos” Calderón de la Barca.

Andreu Buenafuente le preguntaba a un psicólogo invitado a su programa: por qué en vez de dar recetas para ser feliz con libros de autoayuda no se recomendaba o se daban ideas para que la gente fuera mejor persona. Para sorpresa mía, el psicólogo se quedó “impactado” y sin respuesta, como si nunca se lo hubiese planteado. Sin comentarios.
La bondad no tiene muy buena prensa porque la asociamos a debilidad, flojera, cobardía y sobre todo a necedad y bobería. 
Realmente cuesta entender en qué momento una virtud como la bondad sufrió esa transformación.
Creo que se debe a que la bondad es la cualidad más excelsa que podemos ejercer, la más humana, la más alejada de la animalidad y la más alejada de la ley del más fuerte. Y el problema es que la realidad no se rige siempre por esas normas. Vivimos siempre a caballo entre un mundo regido por leyes justas con azotes de la ley de la selva. La bondad es la cualidad que triunfaría en un mundo justo, pero a veces se ve golpeada si se ejerce en un mundo injusto. De nuevo la paradoja, porque todos queremos (se supone) un mundo mejor y para ello cada uno de nosotros debe cumplir su parte. 

viernes, 3 de febrero de 2017

LOS MOMENTOS “HYGGE” NO SON LA FELICIDAD.¡YA NOS GUSTARÍA!

“El corazón del hombre necesita creer en algo, y cree mentiras cuando no encuentra verdades que creer”. Mariano José de Larra 

La globalización nos trae que yo acabe hablando de la actitud Mushotoku (palabra japonesa) y de los momentos Hygge (palabra danesa) como si tal cosa, con toda naturalidad. En castellano de toda la vida hablaríamos de ascetismo y de los pequeños placeres de la vida, respectivamente.

Leía esta semana que los daneses son de los pueblos  más felices del planeta y que esto se debe a lo que ellos llaman: tener momentos Hygge (se pronuncia juga). Como leí la noticia por varias fuentes y siempre acompañada de la recomendación de un libro, me quedó claro que la noticia no era más que la propaganda de dicho libro. Una de tantas promesas de felicidad que andan por ahí.

Pero bueno, analicemos: ¿Qué son los momentos Hygge? Los momentos caseros de tranquilidad, de velitas, manta y libro, manta y peli, o copa de vino, o charla con una amiga, galletitas caseras… ¿A quién no le apetece esto? En general, a todo el mundo y es lo que conocemos como disfrutar de los pequeños detalles. ¿Es esto importante? Sí, ¿muy recomendable? Sí, ¿da satisfacción? Sí, ¿El secreto de la felicidad? ¡Tampoco es eso!