martes, 25 de abril de 2017

SER GENUINO NO CONSISTE EN SER RARO

"Ser singular no es un valor por sí mismo, lo importante es ser bueno"

Me comentaba un amigo que ya llevo muchos posts insistiendo en eso de ser uno mismo, la voz genuina, la marca propia, y me hacía saber que eso de la genuinidad es algo difícil.
Su comentario me ha hecho pensar. Y veo que quizás es necesario aclarar que ser genuino no implica ser absolutamente diferente de los demás. Ser uno mismo no nos obliga a una originalidad extravagante. Ser uno mismo y hacer las cosas a “nuestra manera” no nos obliga a inventarnos el mundo cada mañana. Sí, quizá es importante aclarar esta idea. Sobre todo, porque también andan muchos por ahí queriendo crear formas de vida y de ser de la nada, y se mueven en el auténtico disparate.

Mi maestro Sensei siempre dice que es importante que las calles estén ya puestas cuando nos levantemos. ¡Claro! ¡Qué buena idea!

¿Y qué son las calles? Los marcos mentales y culturales en los que nos movemos. Yo no puedo decidir por mí misma y de forma aislada: lo que soy, lo que seré y lo que haré.

Vivimos en un mundo tan individualista que nos creemos que todo lo podemos decidir nosotros por nosotros mismos al margen de la comunidad, del grupo o de la cultura. Lo más que podemos hacer es elegir bien el grupo del que queremos formar parte y arañar como podamos lo mejor que nos ofrece nuestra cultura: podemos elegir ver Gran Hermano, hacer botellón, ser un nini o leer un buen libro o pintar un cuadro o formar parte de una ONG o meternos en una secta... Todo eso tiene cabida en nuestra actual forma de vida, así que podemos elegir lo que nos vaya mejor. Tampoco hay que inventar la pólvora, aunque si tienes un invento en mente, ¡adelante! Siempre que mejore lo que ya conocemos.

Así que parece normal que nuestra marca propia se parezca bastante a la de otros y eso no es malo, incluso puede ser muy bueno. Lo importante es que la sientas tuya y que esa marca de verdad te ofrezca más ventajas que el resto.
Ser singular no es un valor por sí mismo, como tampoco la originalidad en el arte debería tener especial primacía. En el arte como en la vida nos gustan las obras bien hechas donde percibamos la dificultad y la belleza, y que por lo tanto, nos emocione y nos estimule.

La Verdad, la Bondad, la Belleza y el Ser tienen sus propios códigos escritos en la Historia, en la historia de todos nosotros y es una suerte que eso sea así. No tenemos que inventar de la nada, no tenemos que obsesionarnos con reinventarnos el mundo, sería suficiente con que lo hiciésemos mejor. Leo muchas majaderías sobre nuevas fórmulas políticas, sociales o familiares que se presentan como rompedoras y que a mí me recuerdan al mundo de las Cavernas o al Romanticismo del s. XVIII.

No te obsesiones en buscar un camino diferente o trasgresor para llegar a ser el que eres. Las calles -ya puestas y trazadas- tienen la facultad de poder llevarte a muchos y diferentes lugares muy interesantes. Además siempre tienes la posibilidad de perderte si te apetece.

Pues eso, que para ser genuino, para ser uno mismo, para ser auténtico no hace falta ser muy estrambótico ni un bicho raro ni construir puentes subterráneos debajo de magníficas avenidas. Basta con que te sientas a gusto en tu piel e intentes hacer siempre las cosas bien y si puede ser, mejor.

Además ten en cuenta este detalle singularísimo: todos pertenecemos a la misma especie, todos somos “iguales”; y sin embargo, todos somos diferentes. Es imposible confundirnos. He ahí pues que, dentro de una misma marca, circulando por unas calles ya puestas y no monte a través, mantenemos la posibilidad de ser singulares, de ser nosotros mismos. Y sobre todo, la posibilidad de querernos: por ser iguales y por ser diferentes.


IDEAS PARA RECORDAR:

Ser genuino no implica ser absolutamente diferente a los demás, ni raros ni estrambóticos.
Que nuestra marca personal se parezca a la de otros no sólo no es malo sino que puede ser muy bueno.
Tenemos la suerte de que las calles están puestas cuando nos levantamos por la mañana: ¡sácales partido!
La Verdad, la Bondad y la Belleza tienen sus propios códigos escritos en nuestra Historia: no te obsesiones en reinventar el mundo.
Para ser genuino basta con que te sientas a gusto en tu piel e intentes hacer las cosas bien y si puede ser, mejor.

Foto: MarCruzCoach



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